18 de junio de 2015

Germinados caseros

Las semillas, cereales y legumbres germinados en casa nos brindan enzimas, vitaminas y minerales en cantidad tres veces mayor que esos mismos alimentos procesados.

Los germinados se pueden comer crudos por lo que no pierden vitaminas con el proceso de cocción.

El contenido en Prana (energía vital) y clorofila es muy alto en los brotes recién germinados. Los nutrientes de las hojas frescas se van perdiendo a medida que el tiempo transcurre desde su recolección hasta el momento de ser preparadas.

Cómo germinar
Para mejores resultados es importante la calidad de las semillas que vayamos a usar. Es mejor utilizar semillas y legumbres cosechadas ese mismo año.

Otro detalle importante es que las semillas, cereales y legumbres a usar deben estar con toda su cáscara. Es muy difícil, incluso imposible, germinar semillas que hayan sido despojadas de su piel. La única semilla que germinaremos sin su cáscara es la de girasol.
Nunca está demás decir que se deben evitar las semillas tostadas, quebradas o con sal.
Apartar las semillas en mal estado. Si no podemos hacerlo manualmente por el tamaño de las mismas, eliminar aquellas que floten en el agua del lavado.

Existen ya en el mercado algunos artilugios para facilitar el germinado en casa, pero aquí enseñaré un método suponiendo que no disponemos de ningún artefacto germinador.
Usaremos un bote de vidrio transparente de boca ancha. Para tapar la abertura utilizaremos una tela  plástica tipo cernidor, una media de seda, un pedazo de tul o tela similar que permita respirar al contenido del bote. Para ajustar la tela al bote usaremos una goma o elástico.

Procedimiento
Colocar en el bote la cantidad de semillas que vayamos a utilizar y cubrirlas con 3 veces la cantidad de agua a temperatura ambiente o apenas tibia. Tapar la abertura con la tela y ajustar con la goma. La tela permite que las semillas respiren, evita que entren insectos al bote y facilita el posterior lavado de los germinados.
Dejar remojando toda la noche.
A la mañana siguiente desecharemos todo el agua del bote, sin destaparlo. Le echaremos agua limpia, removeremos haciendo círculos con el bote de modo que las semillas se separen. Repetiremos 2 o 3 veces este lavado hasta que el agua salga limpia. Escurriremos inclinando el bote suavemente, sin destaparlo y asegurándonos que caiga toda el agua.
Lavaremos los germinados 3 o 4 veces al día de modo que siempre se mantengan húmedos. Es posible que en verano y en aquellos lugares muy calientes sea necesario lavarlos más de 4 veces al día. De noche los dejaremos reposar sin agua.
Es importante que tengan luz abundante pero no se deben dejar al sol. En invierno, especialmente en los países muy fríos, se pueden colocar cerca de la calefacción, pero nunca en contacto directo.
Este proceso se debe repetir tantos días como sea necesario hasta que los germinados hayan alcanzado la altura y tamaño que nos guste.
Como regla general, la cantidad de semillas pequeñas a colocar en el bote será igual o inferior a la cantidad necesaria para cubrir todo el fondo. Nunca superaremos la primera capa de semillas. Tratándose de granos más grandes como grabanzos, se pueden colocar hasta dos niveles. Cuando nos hayamos vueltos expertos en germinar ya podremos probar poniendo más cantidad. A medida que vayan creciendo, las semillas irán aumentando el volumen dentro del bote.
Las semillas, cereales y legumbres que se pueden germinar en casa son: alfalfa, soja verde (mung), soja común, garbanzos, lentejas, porotos, azukis, trigo, maiz, rabanitos, mostaza, fenogreco, perejil, etc. siempre y cuando sean semillas frescas, sanas y sin pelar.
por carlota elena guerrero
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